A pesar de las nuevas áreas de ventas, como el Internet, es bien sabido que la atracción por un producto no puede darse de otra manera más que por la vista, de ahí que muchos negocios los mantengan al alcance de sus clientes. Un exhibidor es la mejor inversión para darse a conocer en un mercado competitivo, es la mejor publicidad que puede existir.
Las estrategias de marketing exigen variedad en lo que a exhibidores se refiere, pues cada producto requiere de una estructura específica y un diseño especial; entre los más populares se encuentran los siguientes:
- Tipo botadero: se colocan sobre el piso y se llenan con productos sueltos o pequeños, de temporada o liquidación. Son ligeros pero resistentes porque se fabrican con cartón corrugado, por lo que se reciclan fácilmente.
- Autónomos: se encuentran de forma independiente junto a las estanterías para influir en las decisiones de compra del cliente. Se diseñan a la medida y se proporcionan planos para montarlos rápidamente.
- Colgantes: penden del techo y es seguro que atraerán la atención del cliente potencial. Son ligeros y se elaboran con cartón corrugado y sólido.
- De mostrador : como su nombre lo indica, se coloca sobre el mostrador y provoca compras impulsivas. Fabricado con cartón sólido, corrugado o cartoncillo, su estructura ligera soporta un gran peso.
- Tótem: son muy ligeros y se sostienen solos; además, es muy fácil transportarlos. Su montaje es muy sencillo y puede añadírsele compartimentos para folletos. Se elaboran con cartón corrugado y son robustos.
- Stands para tiendas: llaman la atención del cliente de manera inmediata, posicionando la marca como algo exclusivo. Se diseñan a la medida y requieren un diseño creativo tanto para la estructura como para potenciar la marca. Se utiliza cartón corrugado para elaborarlo y pueden añadirse luces LCD, equipos de sonido, entre otros detalles más.
- Unidades de merchandising: estos exhibidores pueden contener mayor cantidad de producto, la diferencia con los otros tipos anteriores es que llegan a su destino llenadas, ya sea por el fabricante o por el cliente.
El elemento clave para elaborar un exhibidor es el producto que resguardará, como puede verse. Un exhibidor enorme no puede utilizarse para productos pequeños porque el espacio estaría mal aprovechado y objetos de mayor tamaño no pueden colocarse en una estructura pequeña porque serían menos piezas las que se exhibirían.
El diseño de un exhibidor debe ser práctico y contribuir a su fácil transportación, recordemos que la mayoría se elabora con cartón y este material está sujeto a deformaciones por un manejo brusco al momento de ser llevado a su destino. Es importante que cada estructura refleje el estilo de la compañía porque es la carta de presentación del producto y la herramienta que atraerá a los clientes; además, previene las mermas al proteger la mercancía de cualquier daño.
Al final, un exhibidor no es un gasto, es una inversión.
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