Hemos dejado claro en una variedad de ocasiones de porqué las cajas de cartón son hoy por hoy el elemento por antonomasia para enviar literalmente cualquier tipo de productos. Sin embargo es importante aclarar que aunque así sea, no todas las cajas son iguales ni su estructura es la misma en todos los casos. Un factor crítico al momento de su fabricación es precisamente lo que se va a enviar en ellas pues de ello dependerán las características con las que aquella cuente.

Comencemos por hablar de las cajas convencionales, las que podríamos llamar “de todo uso” aunque, por lo anteriormente mencionado, en realidad no es técnicamente así. Estas cajas (que en la mayoría de los casos son de cartón reciclado) se fabrican con una resistencia estándar que proviene de las varias capas que su material madre (el cartón) provee. Además la forma de cerrarla agregan una resistencia bastante fuerte para que se le pueda dar el uso necesario. Aquí entran también las cajas a las que, en la parte inferior, se aplica adhesivo para que no puedan abrirse con facilidad agregando resistencia a la cinta adhesiva que se utilice al momento de empacar.

LAS CAJAS DE CARTÓN IMPRESCINDIBLES PARA TODOS LOS ENVÍOS

Esta resistencia permite que se pueda enviar literalmente lo que sea en esas cajas y por eso son las predilectas de los courier alrededor del mundo para ofrecer a sus clientes. Sin embargo un factor muy importante es el hecho de conocer lo que se va a enviar, especialmente cuando las cajas van directamente a las fábricas. Por ejemplo podemos mencionar las cajas que tienen cartón plastificado, esto es, que al cartón del que se fabrica la caja se le agrega un compuesto que lo hace impermeable y por tal le agrega resistencia a los líquidos y la humedad por lo que son las predilectas para empacar alimentos congelados, de alta humedad o que la pueden generar y por tanto, si se utilizara cajas convencionales, se pondría gravemente en riesgo su resistencia y estructura.

Cuando se trata de empacar maquinaria o equipos delicados veremos que existen diferentes tipos de cajas de cartón, comenzando por aquellas que tienen refuerzos en las esquinas y además ocupan estructuras de duroport y bolsas de aire para dejar al equipo que va en su interior literalmente flotando en el interior y así protegerlo de cualquier impacto o golpe que pudiera llegar a recibir. Además que debido al peso, y para mantener su estabilidad estructural se ocupan refuerzos en las esquinas de forma que la caja no pierda su forma y arriesgue el contenido.
En el caso de grandes maquinarias las cajas son muy diferentes pues lo usual es que carezcan de la parte inferior pues esta se coloca de arriba a abajo cubriendo la máquina y quedando sobre una estructura de madera para luego ser sellada con plástico protector y cinta adhesiva de forma que ambas (caja y base) formen una sola estructura y, por su tamaño y peso, pueda ser manipulada con montacargas o maquinaria similar para su transporte.

Queda claro pues que si bien el cartón es el denominador común de las cajas que se usan para empacar literalmente todo tipo de productos hoy día, estas tienen características distintas y acorde a la necesidad que se presenta.

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