Las cajas de cartón cumplen una función muy importante, lo hemos dicho muchas veces y es la de proteger su contenido desde que sale de la fábrica hasta que llega al punto de venta o a la bodega de almacenaje.

Esto estaría bien si hablamos de un solo objeto al interior de la caja, sin embargo, muchas veces las cajas llevan mas de un objeto dentro, y es aquí donde las cosas se ponen interesantes porque hay que tener cuidado que los objetos no se golpeen entre sí o se dañen. Pensemos por ejemplo en lo que sucede en una caja que contiene a su vez cajas de jugo o cualquier otro producto líquido o cremoso, el trayecto de la fábrica al punto de venta no es fácil, hay mucho movimiento y si la caja se mueve, los productos pueden chocar entre ellos y aplastarse perdiendo su forma, o lo que es peor, derramándose.

Y es ahí donde entran los divisores corrugados, estás piezas de cartón cumplen la fundamental misión de dividir los productos dentro de la caja de forma que estos no hagan contacto los unos con los otros durante el movimiento de la caja.

Por supuesto, los divisores corrugados deben hacerse de cartón rígido de forma que resistan la presión lateral que sufrirán durante el trayecto, y así evitar que el producto se dañe y cause pérdida.

Otra ventaja de estos elementos es que son reciclables una vez que han cumplido su trabajo y probablemente pasen a formar parte de alguna caja de cartón o incluso volver a ser divisores corrugados.

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