Sin duda alguna el vino ha sido la bebida que por antonomasia ha acompañado desde las más humildes comidas en las más sencillas casas, como los más fastuosos banquetes en los grandes palacios y esto desde tiempos inmemoriales. Claro está que no todos los vinos son iguales. Y la diferencia estriba en la calidad de la vid de la cual proceden y del esmero de quienes lo fabrican y las barricas donde se madura.
En tiempos antiguos los mejores vinos se hacían en tanto en lo que se conocía como la Judea (hoy Israel) como las regiones de Italia siendo precisamente romanos y griegos quienes tuvieron la oportunidad de disfrutar lo más fino del producto de la vid.
LAS CAJAS DE CARTÓN COMO PARTE CRÍTICA DE LA PRESENTACIÓN DE UN BUEN VINO
Sin duda alguna los dos elementos claves para reconocer un buen vino son su aroma (buqué) y, obviamente, su sabor. Pero esos son elementos que se llegan a tratar una vez que se ha abierto la botella. Antes se debe haber elegido esta y haber hecho el viaje de la vinatería o tienda de autoservicio, a la mesa.
Sin embargo para lograr que aquello suceda se necesita en primera instancia que el consumidor adquiera la botella y para eso la primera línea le corresponde a la caja. Si, las cajas de cartón donde se venden las botellas de vino con claves para lograr que estos se vendan pues ellas tienen la difícil misión de transmitir, por la vía visual, las características de la bebida que contiene. Y para lograrlo se vale de elementos como colores (según sea el caso) y letras, en la mayoría de los casos metalizadas y la inclusión lógica del logo de la casa que produce la bebida.
Es notar que las cajas para vinos se pueden hacer o se hacen en dos tipos según lo que la casa de vinos considere más oportuno para exponer su marca, esto es, con o sin ventana. La ventana es un lado de la caja cubierto solo por un celofán o plástico transparente que permite ver la botella en el interior, además sobre esta se coloca una tapa de cartón con el mismo diseño de la caja. Esto de forma que, aunque se permita al potencial comprador ver la botella, esta no quede completamente expuesta a la luz pues esto, para la bebida es sumamente delicado.
Además de estos detalles hay que mencionar que las cajas de cartón utilizadas para vinos deben transmitir la elegancia de la marca y lógicamente de la bebida, deben convertirse en parte de la misma y hacerse una. De hecho podemos decir que la caja debe ser una extensión de la botella misma teniendo los mismos colores y diseños que esta para dar una oportunidad al potencial comprador de comenzar, desde ahí, desde ese momento en que su mirada se cruza con ella, ese contacto que lo llevará a la experiencia de conocer la bebida en cuestión.
Luego está la botella tradicional, la completamente cerrada que transmite la elegancia de la marca con sus colores y acabados finos y que presenta las bondades de aquella bebida que contiene en su interior.
En conclusión podemos decir que usar cajas hechas a base de cartón para el empaque de botellas de vino no es solo una estrategia para ser más eficientes en los costos sino también una forma de transmitir, por medio de ellas, la elegancia, la delicadeza y la clase que la bebida en su interior posee.
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